¿Cómo las nuevas tecnologías están influyendo en la escritura y difusión literaria?
Nos encontramos viviendo tiempos de cambios frenéticos gracias a los avances tecnológicos que se suceden a diario. Muchos de ellos aún no hemos llegado a comprenderlos del todo que ya se encuentran mutando de nuevo. Por supuesto, esto afecta a las distintas esferas de la vida humana y la literatura no se ve ajena a este fenómeno. Desde la escritura misma hasta las estrategias de producción, inversión y difusión de las editoriales, el sector se encuentra en un momento bisagra para definir cuál será su futuro y, sobre todo, cómo aprovechar en el presente estas nuevas condiciones.
¿Cuánto tiempo de nuestro día pasamos conectados a internet o sentados delante de una pantalla? Estudios previos a la pandemia de Coronavirus demostraron que un adulto promedio a nivel mundial solía estar 7 horas en la web. Por supuesto que con la pandemia ese número se ha incrementado de manera exponencial. Lo cierto es que las nuevas tecnologías ya no son simplemente un instrumento más dentro de nuestra cotidianidad, sino que se han convertido en un elemento indispensable. Ahora bien, ¿cómo influye este ritmo frenético en un terreno mucho más calmo como es la literatura?
En primer lugar, los planes de inversión tanto de los autores como de las editoriales para poder dedicarse de lleno a escribir han cambiado de manera radical gracias a las nuevas posibilidades que brindan las tecnologías. Hoy en día se puede hacer un plan de negocios o de inversión que consista en las criptomonedas. Por ejemplo, un escritor que compra Ethereum puede dar un paso trascendental para el fortalecimiento de su economía, ya que si realiza un buen movimiento financiero, puede alcanzar la independencia económica y poder dedicarse de lleno a la escritura, algo que como sabemos no es algo sencillo de lograr.
Ahora bien, por fuera de ese terreno, también la industria y creación literaria se han visto alteradas. Las estrategias de prensa de las editoriales han cambiado, priorizando mucho más la presencia en las redes sociales a través de influencers en lugar del tradicional periodismo cultural de los grandes medios. Una foto bien sacada de un libro hoy cosecha mucho más interés que una reseña, lo cual pone en una encrucijada al sector en la búsqueda de no descuidar la profundidad y calidad por priorizar “el contenido” y sus reacciones. ¿Instagram y Youtube cambiarán para siempre a la industria editorial?
A nivel de los autores y autoras sucede algo similar: la posibilidad de compartir de forma inmediata lo que se escribe está cambiando el circuito natural del sector. Mientras que antes los escritores buscaban a las editoriales, ahora se da un proceso a la inversa: si el autor posee repercusión en las redes, los sellos se interesarán en él para publicarlo. Esto puede ser un gran democratizador en lo que al acceso a la edición se refiere, pero también pone en duda la calidad estética de lo que se produce si todo se determina bajo el imperio de los “likes”.