El arte y la cultura en tiempos de internet
Internet ha venido a revolucionar las comunicaciones, los espacios, el pensamiento pero sobre todo el conocimiento del ser humano hacia sí mismo. El contenido que ofrece Internet es tan basto que nadie lo alcanzará a conocer en su totalidad, a pesar de que exista en la red aún muchos vacíos de información. No es azaroso que millares de documentos históricos se estén digitalizando, que haya espacios donde resguarden el audio que refleja el quehacer de nuestras cotidianidades y videos que han capturado los hechos más relevantes de nuestra historia reciente. Cada minuto surge más información sobre una amplia diversidad de temas y nadie puede controlar tanto su expansión como su influencia en cada una de las sociedades del mundo.
Es por eso que iniciativas como Stop Online Piracy Act (SOPA) o Anti-Counterfeiting Trade Agreement (ACTA), parecen ideas retrógradas y anacrónicas ya que obstaculizarían el flujo de información e imposibilitarían millares de interacciones. La apertura de espacios que ofrecen audio e imágenes y que estimulan la participación de los usuarios en su difusión, es un punto clave para nuestro desarrollo como seres humanos: nos estamos conociendo y relacionando más que nunca. La aprobación de esta iniciativa afectaría diversas áreas tales como el arte y la cultura. Así como sucede con internet, la cultura es una red infinita de saberes y acciones que se van tejiendo día a día. No hay cultura pura sino la convergencia de dichos saberes y acciones que se van transformando conforme transcurre el tiempo. La cultura, como fenómeno social, necesita de los demás para su existencia.
Las leyes, por lo menos las mexicanas, siempre han estado aletargadas y en desventaja frente a los temas culturales. La cultura es casi invisible en los proyectos de nación y en las reformas que se discuten. En el país tenemos pocos espacios de difusión cultural en los medios de comunicación tradicionales: prensa escrita, radio y televisión. Internet llena estos vacíos dado que divulga, comparte, enlaza, abre espacios, genera conocimiento y difunde una amplia variedad de información cultural que no está disponible en ningún otro medio. Este tipo de iniciativas que pretenden regular el flujo de información en internet no se preocupan por los artistas independientes o productores del audio, video o página que consultamos, sino por el interés de las grandes corporaciones musicales o televisivas que han visto un decremento en sus ganancias en los últimos años. No cabe duda que ante esta realidad necesitamos replantear conceptos como legalidad, legitimidad y piratería.
Al aprobarse estas iniciativas, miles de archivos tendrán un acceso limitado dentro de un espacio que por naturaleza es libre. Hoy en día no debemos hablar sobre “piratería” (cuyo origen no se remonta a la era de internet), sino de difusión y de libre acceso al conocimiento, el cual ya no es exclusivo de unos pocos como lo era hasta principios del siglo XX. Ahora el conocimiento global del arte y la cultura está frente a nosotros, solo es cuestión de buscarlo.
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