Ellos y nosotros
Ellos
los perniciosos
lo llaman México
nosotros
corazones de metáforas energéticas
lo llamamos
nuestras raíces
ellos lo llaman
“su país”
nosotros lo llamamos
una alegoría de delantales ensangrentados
ellos lo limitan a sus propias fronteras
nosotros ni siquiera nos sabemos humanos
existe entonces
entre ellos y nosotros
un cauce magnético
una ola de sueños delirantes
una flor brotando como testigo
de nuestras profundas diferencias
nosotros
somos los niños cantores de un laboratorio humano que llaman “su país”
ellos
son solo la tuerca mal ajustada en una rueda del tren del universo
ellos ellos ellos
el índice putrefacto del tirano
nosotros nosotros nosotros
la húmeda nuca del sonriente decapitado
“su país”
tumba de una civilización muda
que aúlla silenciosa al rencor
“nuestras raíces”
una geografía con miles de penínsulas
penínsulas como tentáculos acariciando lunares
ellos
que se queden con su abanico de sarna
su sed de cacicazgo
y la rabia delatora de sus pupilas mezquinas
nosotros
expandiremos la piel de nuestros corazones
abriremos las alas para abrazar el infinito
y desde arriba los veremos caminar como zombies
zombies
sobre el férreo cuerpo de un “su país” infectado
en el seco vientre de una libertad a ecos
en el dorso de una mano que censura
en la lengua que lame la gruesa herida llamada “México”
colgados de símbolos ensangrentados
con los párpados cosidos a sus ideologías
con las manos llenas de vacío
arrastrándose sin vergüenza por la vida
¡zombies!
Nosotros
no les entregaremos “nuestras raíces”
nuestra geografía con tentáculos cariñosos
nuestro corazón-motor del tren a la nueva época
la época de las entrañas luminosas
de las manos ardientes y el parpadeo tímido
la era de los eclipses corporales
y la civilización sinestésica
que se escurre dichosa entre ocasos y amaneceres
¡Nosotros!
Nosotros
no se los entregaremos
no les entregaremos lo que llaman “su país”
quédense con sus desamor hacia sus propios
con su maquillaje de insolencia
y su abuso sistematizado
con su encarnado autoritarismo
quédense con su mirada agachada
sus insomnios perpetuos
y sus punzadas de angustia
pero
nosotros
no se los entregaremos
No entregaremos ni una pestaña de nuestro cuerpo extraterrenal
No entregaremos una sola carcajada a la desilusión
no entregaremos una caricia al sumiso cauce del poder
no entregaremos las vidas probables
no entregaremos la tierra celeste que nos habita
nuestras raíces
nuestro México
¡No se los entregaremos!
No se los entregaremos
No se los entregaremos
No se los entregaremos
No se los entregaremos
No se los entregaremos
No se los entregaremos
No se los entregaremos
No se los entregaremos