<em><b>Travesti</b></em>, de Carlos Reyes Ávila
Carlos Reyes Ávila está convencido de que la risa (el sentido del humor), es la única posible forma de rescatar al mundo de la prisión oscura en la que se encuentra envuelto, así lo expresa en su blogspot, donde se puede encontrar una larga enumeración de las distintas actividades en las que se ha desenvuelto: su trabajo en el campo de la poesía, la impartición de charlas y conferencias sobre temas variados que van desde el fomento a la lectura para jóvenes y niños, hasta las teorías holográficas que mezclan física cuántica y misticismo, en escuelas de educación básica y universidades como en distintos centros de rehabilitación social del país. Así también se ha valido del empleo del Tarot como herramienta de autoconocimiento, las terapias Quark, hasta el motivo que hoy nos reúne que es la presentación de este libro TRAVESTI, premio Binacional de Novela Joven “Frontera de palabras/border of words” 2009, convocado por CONACULTA, a través del programa TIERRA ADENTRO y el CECUT.
¿Qué es este premio?
El Premio Binacional de Novela Joven “Frontera de palabras/border of words”, está dirigido a escritores mexicanos de hasta 35 años, que residen en los estados fronterizos de Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas y Nuevo León y en entidades de la Unión Americana como California, Texas, Arizona y Nuevo México. De ahí, que año con año es una gran oportunidad para difundir el trabajo narrativo de las generaciones jóvenes.
En años anteriores han ganado este premio Isabel Velásquez, originaria de Ensenada, Baja California y residente de Nuevo México; Jesús Alvarado, Yuri Herrera, Moisés Zamora, César Silva Márquez, Albaro Sandoval Medina y Julio Pesina. Y en esta ocasión, el jurado estuvo integrado por Ana Clavel, Élmer Mendoza y David Toscana, de lujo para ser sinceros. En otras ocasiones se ha contado con la participación de personalidades como: Juan José Rodríguez, Bernardo Ramos, Francisco Rebolledo, Daniel Sada, Mario Bellatín, Mauricio Carrera, Eduardo Antonio Parra, entre otros.
¿De qué se trata esta novela?
Esta breve novela, se presenta en 34 apartados, que en mi opinión vienen a integrar una serie de fichas o fotografías que forman el expediente de algún capítulo, de la vida travesti en Torreón y sus alrededores. Se nos va presentando una a una, a través de varias voces, monólogos, incluso lecturas que hace su protagonista. Éste es un joven escritor llamado Oscar, que dentro de esta misma recopilación, queda enganchado en una relación con Paulina, una vestida, que el protagonista conoce en el bar “La Rueda”, donde menciona se entra a otra dimensión y lo cito: “Parecía que todas las loquitas de la ciudad estaban ahí reunidas, el prisma homosexual en todas sus variantes, las jotitas y arregladitas “niñas bien”; los sombrerudos, rancheros y bigototes, pero gays; las vestidas, por supuesto, de todas las maneras y colores, unas guapas y unas feas, unas buenísimas; los gays, más reservados; las lesbianas, también las femeninas y las machorras…”
¿Cuál fue mi lectura?
Bueno, al encontrarme con esta novela – ya que, previo a saber que estaría en esta mesa, me había hecho de ella, tengo un gusto por revisar las novedades, saber qué, quiénes andan en este camino literario, e insisto, este premio es importante-, así que, nos encontramos Travesti y yo, y lo primero que intenté fue darle un lugar dentro de mis lecturas, esto hizo que inevitablemente me remitiera a mi primer acercamiento a la literatura gay, que fue a través del Vampiro de la Colonia Roma de Luis Zapata, donde literalmente me hice fan de Adonis García y es de él, de quien ahora retomo alguna frase: “…Las locas son las que nos desprestigian a los homosexuales de corazón a los homosexuales serios je a los que no tenemos que andar gritando a los cuatro vientos que somos putos…” ¿y esto a qué va? A que Travesti, es una ojeada a esos que sí gritan a los cuatro vientos que son gays, pero que en realidad, tampoco lo son, porque son vestidas, y eso, es otro universo. Es allí donde encuentro el valor de esta lectura, porque en un afán, sin drama ni banderas ondeando al viento, nos presenta de manera ágil una fracción del mundo TRAVESTI, no trasvesti – como lo dice su autor- y nos hace algunas aclaraciones importantes como, doy lectura: “…El travestismo, por el consiguiente, es la maximización de los rasgos sexuales de la mujer. Los aspectos que definen esquemáticamente su cuerpo, los pechos y las caderas, son llevados por el travesti a su hipérbole. Y esto no puede lograrse con el disfraz, con capas de vestidos, de cabellera y maquillaje. Nada más lejano del travestismo que el disfraz, una imitación que rápidamente puede ser abandonada. El cuerpo travestido no puede ser abandonado, ni fingido sólo por algunas horas. El cuerpo travestido no es descartable, sino por el contrario su ideal es ser completamente definitivo…” Así también, nos regala una que otra Oración travesti e incluso, Música pa´jotear.
Se dice que la literatura de tema homosexual ha salido del closet desde el siglo pasado y que un reflejo es que cada día podemos encontrar una notable cantidad de escritores que exhiben su obra. Aun así, creo que siguen sin formar parte de los Grandes Hits de los anaqueles en las librerías, y que el lector en México, no se ha terminado de educar en este sentido. Cuenta José Agustín en su Antología de la novela mexicana del siglo XX, que: “A fines de los setenta Luis Zapata puso de moda las novelas sobre gays, seguido por José Joaquín Blanco y Jorge Arturo Ojeda. Y también se establecieron las que exploraban diferentísimos niveles de sexo y erotismo, como las de Juan García Ponce, Jaime del Palacio o Alberto Ruiz Sánchez…” Sigo pensando de que a pesar que ahora, pareciera estar más de moda lo gay, no hemos explorado lo suficiente la factura de calidad de algunos de sus autores, hace poco, la revista BLANCO MÓVIL hace algunas reflexiones sobre el tema y realiza la publicación de 51 autores hispanoamericanos que, pueden ser una excelente muestra y referencia literaria; así que ya entrados en este camino, se las recomiendo.
Considero que esta novela es una oportunidad para lograr un acercamiento lúdico y sencillo a un mundo que en realidad, es igual a ese en el que andamos todos los días y en el que nos sentimos a salvo. En Travesti hay persecuciones, celos, relaciones familiares difíciles, borracheras, amores y aprietos; es decir, eso que conforma el universo cotidiano. Así que el lector, se sentirá plenamente identificado en muchos de estos conflictos, las discusiones, los silencios y como mencioné al inicio, el autor hace que el sentido del humor ablande y todo este escenario se presente de una manera desenfadada. Personajes muy humanos y sobre todo, alejados del melodrama acartonado que pudiéramos suponer. Ya el lector encontrará detalles, motivaciones y otras posibles lecturas de su trabajo.