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Cinemapostillas: “Santo vs. las lobas” a 6 caídas (sin límite de tiempo)

I.

antes publicado en El oximorón lógico

Ah, Santo, enmascarado de plata, la mujer, para ti, un terrible misterio, más grande que tu identidad, la cual ¡ni tú conoces! Tal vez por eso el misterio femenino. Tal vez por eso, también, tu inclinación por otros enmascarados (un demonio celeste, tal vez). O “personajes”: máscaras sin máscara, (tu compinche, el calvo mostachón, un verdadero personaje, ¿cuál su nombre?). Y cuando se te presenta la mujer, ay, discurren tus neurosis desde dentro de tu máscara. Las ves terriblemente peludas, Santo, agresivas. ¿Por qué, entonces, el Santo en cine? Pues por qué más: por México, ¡el verdadero enmascarado de plata!

II.

Santo, Las Lobas te siguen y tú peleas cual si te estuvieran quitando la plateada máscara (tu único Talón de Aquiles, tu más temida Criptonita). Santo, peleas, pero cuando te están venciendo ¡te sacan de tu fantasía neurótica! Llegan otros y te ven solo, peleando, y giran el índice alrededor de su oreja observándose uno a otro. Dime Santo, ¿en cuántas películas te tiran de loco? Sólo cuando contra Las Lobas peleas. Ellas que te vencen y sientes que te quitan la máscara. ¿Y si la máscara, Santo, fuera otra de tus fantasías? ¿Habrá, pues, una película tuya aún no filmada en la que te saquen de la ilusión de tu máscara como te sacaron en ésta de tus peleas fantaseadas? Tal vez se filmó, Santo, y México (¡el verdadero enmascarado de plata!) no la soportó y la quemó (o la enmascaró digitalmente).

III.

Luna llena, la soportas. Luna roja, ¡dónde están Esas Canijas! Canijas rojas de sangre. De sangre roja la luna. La luna Canija menstruante. A sombrero y caballo, México (¡el verdadero…!), y ¡tras ella! Viva o muerta, al cabo de cualquier forma sangra. ¡Acorralada, está acorralada! ¿¡Desaparece!? Fantasía, pura fantasía. A sombrero y caballo. Y la luna roja fluye serena.

IV.

¿Por qué peleas, Santo? Te crees su curación. Te lo dijeron: Un símbolo de plata para matarlas: tu máscara. Peleas para evitar el ritual de la luna roja. Te lo dijeron. Fuerza viril busca loba peleonera para evitar sangre lunar: Carta de recomendación, solicitud elaborada y una presentación de pelos. Peleas por el contacto, Santo. Eso no te lo dijeron. Ese contacto erótico que de verdad evita la menstruante luna, que de verdad fertiliza. La máscara, santo, tu neurosis, es precisamente cómo evitas el contacto (tu preservativo eterno). Pelea estéril, pues, la tuya.

V.

Fiesta. Baile y unos tragos: tensión social. ¿Por qué? Porque aún se ven. Hay luz y aún ostentan sus personas (sus máscaras, sus neurosis, sus…). ¡Fuera luz! ¡Llegaron Las Lobas! (Canijas, rojas, pelos, lunas…). Por su puesto, despapaye total. No more social mask dance! Santo, tú no te la quitas. Todos corren, gritan, disfrutan, pues, y tú tranquilo, guardián siempre estoico. La Loba Mayor te enfrenta: erótico pólemos. Pero tú con tu máscara. No la soportas y la lanzas al precipicio del olvido.

VI.

Reprímela, Santo, y déjala atrás (o adentro, muy adentro de tu máscara, junto a tu secreta identidad). Sale el sol en el fondo, incandescente virilidad. Uno de tus finales cinematográficos más extraños, Santo. No felicitaciones, no agradecimientos en la última escena. Algo queda como confuso. Eres tú, Santo, confundido, observando el precipicio. Con el sol en tu frente nos das la espalda, pensativo. Fin. ¡Fuera luz! Se acabó la función. Y dice el Santo que ahora, esta vez, no da autógrafos.

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