Grandiosa –además de graciosa– la tira que realizó Jorge Pinto en su blog/comic Bunsen. Parece que, con toda esa ironía, se está convirtiendo en una situación tan cierta. Si, además, leemos algunos de los comentarios que tiene la tira, no dudaremos en coincidir en ciertos aspectos. Las bibliotecas tienen una imagen poco atractiva para mucha gente pues están asociadas con aspectos académicos, antes que como opciones de entretenimiento… en miradas ajenas, las bibliotecas tienen un tono demasiado sobrio y formal. Sus bondades se convierten en debilidades ante los ojos de nuevas generaciones.

Dudo mucho que generaciones anteriores no vieran inconvenientes en la rigidez de la estructura de las bibliotecas tradicionales. El detalle está en que con el surgimiento y acceso a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC’s) se transforman no sólo las condiciones de acceso y obtención de información, sino que, además, se transforman las formas en que nos relacionamos con ese consumo.

No obstante, yo no soy de los que piensan que las bibliotecas, librerías y el libro mismo estén en decadencia o agonía. Soy más creyente de que, ante las transformaciones culturales y de los procesos de creación, producción, edición, comercialización y difusión de los libros como objetos de consumo (Vgr. información o entretenimiento), se habrán de transformar también la forma en que los consumidores (lectores pues…) nos relacionamos con ellas y, por tanto, el funcionamiento que éstas tengan hacia con nosotros. En la medida en que las bibliotecas y librerías se vuelvan más atractivas para el público (sin vender por ello su valía cultural), más fácilmente nos acercaremos a ellas.

¿Llegará el día en que las bibliotecas sean lugares exóticos?

Hace un tiempo que lo vienen siendo.

• Por cierto: Ya habíamos hablado de Jorge Pinto anteriormente.