A pesar del título, que podría valerme un premio nobel (o antiNobel) ;), quiero platicarles en esta ocasión de otra opción que tenemos para poder acercarnos a las obras de los autores que nos interesan: los audiolibros.

En diferentes sitios de internet podemos encontrar una diversidad de libros que han sido “mudados” al formato audio, algunos preparados ya para el ipod o reproductor mp3 de su preferencia. Las propuestas varían entre los sitios de pago y aquellos que ofrecen contenidos gratuitos. Dependiendo un poco de lo anterior, también varían el tipo de obras que podremos encontrar, tanto por lo reciente de la misma, como por que en la mayoría de los casos de obras gratuitas, estas pertenecen a autores que ya han muerto hace mucho y por tanto las obras son de Dominio Público.

Las páginas que a continuación les platicaré son de este último tipo, pero manteniendo buena presentación y accesibilidad.

Comencemos con un par de conocidos por todos:

– El Proyecto Gutenberg alberga dentro de su vasto repertorio un apartado dedicado a formatos de audio que incluyen extractos u obras completas por igual. El pero está en que la mayoría son de idioma inglés. Pero, entonces, para ello recurrimos a otro viejo conocido:

– La Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, la cual también incluye un apartado para obras de este tipo dentro de su fonoteca, pudiendo buscar por títulos o por autores.

Ahora bien, otros dos sitios que he encontrado con propuestas más o menos llamativas han sido:

– Alba Learning Audiolibros. Con una colección básica pero sustanciosa: pocos pero de variedad y calidad son los autores y títulos que ahí encontramos (Wilde, Quiroga, Neruda, Acuña y un largo etcétera).

– Leer Escuchando.com es un sitio que busca facilitar lo que su nombre nos dice. Al igual que la mayoría de sitios de este tipo, comparte muchos de los autores y títulos que ya se encuentran como parte del Dominio Público. Uno de los puntos distintivos que encuentro para esta web es la oportunidad de que los propios lectores(?) participen creando audiolibros que se vayan a sumar dentro de la fonoteca y puedan ser conocidos y descargados por otros. Por supuesto que aclaran algunas dudas sobre el qué y el cómo de las obras que pueden convertirse en audiolibros para formar parte de su colección. Asi que, si alguien se anima, no duden en echarle un vistazo.

Quizá algunos tengan recelo de esta opción, pues implica dejar de lado algunas de las características más importantes de la lectura habitual, como la intimidad a veces lograda, o el nivel de atención necesario. Pero hay que aceptarlo y entenderlo así: cualquier cambio de medio implica un cambio en el proceso, la percepción de la obra y el resultado. La forma en que se haga el cambio para un nuevo medio, a partir de un libro “de papel y pasta”, habrá de influir en el resultado y la calidad de la experiencia del lector.

Además, mientras más opciones tengamos como lectores, autores o promoteres de la literatura, más posibilidades de que nuestra obra llegue a otros y, al mismo tiempo de poder contar con obras de autores que nos interesan pero ya no encontramos en papel.

¿Ustedes qué opinan?

foto Reading de YlvaS.