Somos polvo

-le dije-

nuestras humedades nos invadieron
y fuimos lodo
barro
todo.
nos resecamos y resquebrajamos
rotos
pedazo por pedazo
nos perdimos en fisuras
nos deshicimos
quedamos como lo que somos:
polvo.

Somos aire

-le dije-

¿has escuchado la canción?

-respondió-

“love is in the wind…”

entonó como himno

fuí solemne
inflamé el pecho
orgulloso de nuestra nación
nación de aire
sentí una brisa cálida recorrerme
era su aliento
sus palabras
vocablo a vocablo me rodeaban
mecíame en la tranquilidad de su lenguaje
20 formas distintas
para decir todo lo indispensable:
“amor, las palabras son aliento
aliento que huye
se alejan tras pronunciarlas
queda el eco -guárdalo-”
fuí guardando todo            una caracola en el pecho me hice
en lugar del mar      escucho su oleaje
viene,      va,      retorna,
me embiste la realidad
el eco disperso se disipa
en la caracola     el eco
se desprende
me abandona
¿a dónde has ido?

Somos fuego
-escuché una voz sin origen
intuí su ausencia hablándome
cartas póstumas encendiéndome-.

Somos agua que fluye, nos decantamos y evaporamos.