Del Toro y Velasco hablaron de “Vlad”, la nueva novela de Fuentes
La gente se arremolinaba afuera del salón en una fila desordenada, todos estaban ahí con la misma encomienda: escuchar la historia del vampiro que llegó al banquete que le ofrecía la multitud del Distrito Federal.
La presentación del libro Vlad, de Carlos Fuentes, que se realizó hoy en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, incluía una charla con el autor y un “vampirólogo”, el escritor y director de cine Guillermo del Toro.
Debido a que su esposa tuvo problemas de salud, Fuentes no asistió a la cita. Para ocupar su hueco envió un video y al, también escritor, Xavier Velasco.
“No sabe si ésta es una conversación entre vampiros o entre maniáticos”, refirió Velasco al tomar el micrófono.
Del Toro reconoció que hablar sobre una novela que la mayoría de la concurrencia no había leído era como elogiar un platillo que nadie había comido, aún así los asistentes siguieron atentos la charla.
El primer aspecto que ambos autores destacaron de Vlad es su similitud con Aura, en ambas historias hay personajes femeninos fuertes donde ronda la idea de los dobles y la sensualidad que se parece a la muerte.
“Uno nunca termina de conocer a una mujer hasta que enfrenta un trámite de divorcio… o hasta que ella comparte el lecho con un vampiro”, bromeó Velasco
Del Toro destacó que Fuentes recobró la maldad de la figura del chupasangre, idea que Velasco secundó: “Después de tantos años de estar luchando por los derechos humanos del vampiro, Fuentes les regresa su halo aterrador”.
Vlad mata con gusto, por hambre, explicó del Toro, no es empático con su víctima: “Vlad dice: ¨Imagíneme a mí, en esta ciudad, con 20 millones de morongas¨, claro: ¿cuándo fue la última vez que usted le habló a un taco de buche?”.
Cuando Bram Stoker escribió Drácula, explicó Del Toro, lo contextualizó en los adelantos tecnológicos de la época: usaba el tren, el telégrafo. Lo mismo hace Fuentes, enfrenta a Vlad a los embotellamientos del Periférico y la burocracia mexicana: “Me encanta la idea que torturen a un funcionario en la novela”.
Y aunque la comparación entre el vampiro y el político era fácil, Fuentes la evitó, elogió Del Toro. Vlad es una novela corta que se comienza a leer a las 9 de la noche, se termina a las 10 y te deja con el ojo como plato hasta las 8 de la mañana, explicó Velasco. “Es un libro ampliamente recomendable, si lo compran hoy y lo leen en la noche, mañana que me vean en la feria me pueden aventar un zapatazo”, secundó Del Toro.