La sombra del caudillo
de Martín Luis Guzmán [reseña]
Martín Luis Guzmán en su narración recrea una etapa de la historia política de México en los turbulentos años veinte, la sucesión presidencial y la carrera por llegar a ella de los contendientes, Hilario Jiménez e Ignacio Aguirre. La inminente sucesión al poder está casi por decidirse, pero depende más de la aprobación del Caudillo que de la decisión democrática del pueblo.
El autor estructura su relato en seis partes llamadas libros, que a su vez están divididas en capítulos, donde el lenguaje directo, sencillo y sin rebuscamientos nos lleva a las escenas de la historia sin mayores embrollos.
Martín Luis Guzmán deja observar en La sombra del caudillo, un estilo equilibrado porque no sumerge al lector en excesos lingüísticos, en cambio va al punto de los hechos que relata. De tal forma que nos encontramos frente a una novela de fácil, amena e interesante lectura.
Merece la pena destacar que el suceso que se aborda en la novela, de por sí es de trascendencia por el significado político en nuestro país, pero ese sólo hecho representa un reto cuando de contarlo se trata a través de la literatura. Estructurar, adecuar y matizar en la narrativa un acontecimiento como el que nos relata el autor, ha implicado retomar del testimonio personal y de la noticia de los diarios, el hecho por sí mismo, para narrarlo con templanza y mesura, pero sin dejar de lado el interés.
La pluma de Martín Luis Guzmán, nos ha dado un testimonial histórico, en una novela atrevida –no sólo en el momento de su publicación-, sin que ello suponga que en la actualidad esté fuera de lugar la crítica aguda que en ella encontramos hacia los principales actores de la política en México. Desafortunadamente en mucho no se ha cambiado.
Precisamente, en esta obra desfilan personajes inmersos en el ambiente político de la época, ellos enarbolan los principios de la Revolución y en nombre de ellos actúan, califican y descalifican a sus opositores; sin embargo, vemos en ellos a personajes incongruentes con esos principios, incongruentes entre aquello que magnifican y lo que hacen.
En momentos los diálogos entre los personajes y sus respectivas reflexiones, se vuelven esa crítica al sistema político mexicano y a sus principales actores; una crítica que conlleva la realidad social de las mayorías que padecen los estragos de la pobreza, pero que continúan con la esperanza de que sus líderes políticos los lleven hacía un horizonte mejor, por eso acceden una y otra vez a sus promesas.
El pueblo, representado en la novela por esos anónimos indígenas acarreados, nos dejan observar, que aunque el país tiene depositado el poder en un caudillo, el pueblo parece sufrir una suerte de orfandad.
En este relato hay víctimas y victimarios, pero nunca héroes –aunque algunos de los personajes así se consideren-, se trata de hombres que viven el día a día guiados por un objetivo y apegados a las circunstancias que se van entretejiendo. Como se ha dicho no hay héroes, pero se percibe en personajes como el mismo caudillo, Hilario Jiménez o Ignacio Aguirre, esa convicción de ser por instantes el todopoderoso de la política.
Existen en la novela personajes analfabetas, oportunistas, arribistas y algunos letrados, pero casi todos motivados por el poder directa o indirectamente. Es una historia también de traiciones, conveniencias y corrupción llevados a sus últimas consecuencias.
De cualquier modo para los protagonistas siempre habrá justificación de sus actos, así lo hace ver Remigio Tarabana frente a Ignacio Aguirre:
“La calificación de los actos humanos no es sólo punto de moral, sino también de geografía física y de geografía política. Y siendo así, hay que considerar que México disfruta por ahora de una ética distinta de las que rigen en otras latitudes…”
Con esta ética los personajes de La sombra del caudillo existen, por eso Martín Luis Guzmán nos proporciona en su obra la visión sobre la Revolución, desde la cúpula del poder y que en actores políticos de la talla de un Catarino Ibáñez, se traduce en su convicción de ser el claro ejemplo de que la Revolución sí ha hecho justicia, por lo menos a sujetos como él que posee una riqueza ambicionada desde su juventud humilde; y ya como gobernador, puede compartir entre los menesterosos un bocado, aunque sea una dádiva.
Es así que la pluma de Martín Luis Guzmán nos relata un suceso de la historia con precisión verbal, nada sale sobrando en su narración; las escenas las va pintando con verisimilitud y a detalle, para transportarnos a la época y permitir asomarnos a ese momento de nuestra historia a través de la literatura.
3 thoughts on “La sombra del caudillo
de Martín Luis Guzmán [reseña]”