Esencia decrépita de mi alma atormentada.
Risas, burlas, chillidos, susurros por la monstruosa gárgola. La hipocresía me habla, la mentira se apodera de mí. Los castillos construidos con inmensos paisajes cubiertos por bosques y bañados por los rayos del sol se empiezan a quebrantar. Las pinturas y huellas del pecado empiezan