¿Qué pensará Sara?
¿Qué pensará Sara cuando busco su mirada hada en alguna estrella? Ella posiblemente celos sentirá, irá a dejarle al lucero algún reclamo. Amo su discurso, curso su poética, ética atosigada por un sueño insurrecto. Recto es el camino que me ofrece de los secretos de Sara un epítome, tomé de ahí una palabra que completó una frase y la escribí en un ramo: amo tus marcas, arcas llenas de alago, lago azul nos aguarda, guarda tu intimidad para mis sentidos, dos lunas nos vigilarán, harán con nuestras sombras una leyenda.
Da la casualidad que Sara se enciende y se apaga en un instante, como un relámpago, pago hago por conseguir el elixir que la encante. Canté miles de veces la misma tonada, nada resultó pues a pesar de quererme me desprecia a cada rato. Ato su presencia, esencia de este inmortal sentimiento, miento al destino, tino no logro para convencerla completamente. ¡Mente, elimina las trabas que no dejan a Sara amarme! Armé mis versos con rosas abstractas. Actas de su negación ya me cansé de desbaratar. Atar sus días a mi vida es lo que ambiciono.
No puede ser posible que su rechazo sea insuperable, hablé con su imaginación, nación de mi comedia, media novela vela los sueños de Sara. Sara es mi musa, usa flores que destellan pureza. Reza mi melancolía para que decida perderse en mis andanzas, danzas míticas le plasmo en láminas, minas de adoración para llenar sus días de frescura, cura seré en sus momentos de desconsuelo; suelo regalarle pláticas sobre lejanas cosechas, hechas para estar en este instante escribiendo para ella. Ya es tiempo de terminar, sólo pregunto: ¿qué pensará Sara al leer mis cartas? (Hartas mis cartas están de su rechazo).