Un día más/ tengo 15 minutos de retraso que se hicieron 30/
debo llegar a la estupida clase del “maestro” que lee más
para evadirse más de nuestra mirada,
de nuestras posibles preguntas que nunca flotarán en el aire
porque a nadie le importa.

Un día más/ floto entre los muebles para acercarme al espejo/
justo junto a la puerta de salida,
me aliso mi parvada de cuervos conversa en negra y senda melena,
tomo las llaves de mi bólido y me pongo los lentes oscuros.
Afuera el día es gris/ la lluvia me advierte que bailará con mi auto
para deslizarnos hasta la facultad.

Mi madre pregunta ¿anteojos?
¿Porqué no usas otro color de ropa? Siempre de negro.
Alcanzo a darle un beso mientras desayuna diazepam con whisky
y le digo que volveré después de que termine su viaje.
Agua y más agua/ el cielo llora en el momento justo en el que
escucho a la turba derribando el muro de Berlín,
la masa grita, vocifera/ como si de verdad supiera qué es la libertad/
escucho el alarido de esquizofrenia a través de las ondas hertzianas de mi autostereo,
artilugio de robinson,
regalo de un ñerito de la Buenos Aires
que quiere que le afloje el entusiasmo
y trata de comprarme la sonrisa.

Pink Floy toca Money
la caja registradora hace los coros con su campanita
que grita SOLD OUT.
Un lector de noticias informa que la gresca en Berlín es el inicio
del fin de un mundo dividido entre rojos y capitalistas. Bostezo, acelero.
Un día más/ agua más agua/ llora el cielo.

Me siento una piedra frente a la lectura plana del maestro
que dice que sabe de que habla.

A un lado mío, está ella con su carita placida, sin temores,
sin ideas.
Es una grabadora de entrevista que lo registra todo
aunque no entiende nada.
Viste de rojo y sus labios son brillantes como zapatos de charol.
Sonríe de forma permanente
Me pregunto: qué, ¿piensa?
En mis audífonos el lector de noticias sigue con la letanía…
más días, más crisis, más muertes, más desprecio.
Nada cambia, sólo la tierra que se la lleva el llanto del cielo,
directo al alcantarillado.

Soy una piedra fuera del camino y estoy encerrada con 1 lector de libros;
una estupida sonrisa fulgurante
y 60 ZOMBIES que mutaran para convertirse en mis jefes,
mis pagadores, mis lideres de sindicato, mis distribuidores de droga,
mis cajeros de banco y sabe Satanás qué más.

Un especialista en el tema del comunismo
dice en el radio que la caída del Muro es una bendición.
De fondo musical, el staff de producción escogió
Another Brick in the Wall.

El cielo llora tanto que, en vez de lamento,
escucho un concierto de cello.

Un día más… bostezo, acelero.