poema
Un llano mestizo levantado sobre un suelo sagrado cubierto de sangre, es dominado por una parvada de aves que habla lenguas muertas y que se levanta al sonido del crujir de dientes de los dioses muertos.
Un llano mestizo levantado sobre un suelo sagrado cubierto de sangre, es dominado por una parvada de aves que habla lenguas muertas y que se levanta al sonido del crujir de dientes de los dioses muertos.
Despierta… estás muriendo. …Alguien me habló todos Los días de mi vida al oído, Despacio, lentamente. Me dijo: ¡Vive, vive, vive! Era la muerte. Jaime Sabines. – Pssst… ¿has leído a Sabines? – me dijo. Levanté la vista, la vi y luego encendí un cigarrillo.