Zaratustra
Una nube centrífuga se ha escapado de toda imaginación. Corremos desesperados hacia la punta de la alta montaña. Se elevan las miradas desconcertantes hacia el bosquejo azulado. En la muchedumbre, se escucha un lamento, una voz, Zaratustra exclama: ¡POBRES DE NOSOTROS BUFONES MORALISTAS!