Gracias a Ciberescrituras me entero de esta opinión expresada por Jakob Nielsen (experto en usabilidad web) al preguntársele si los libros electrónicos serán algún día de uso masivo. Dice:

De momento, el papel es más gratificante. Hasta ahora leer en papel era un 20% más eficaz. Una pantalla de ordenador de alta resolución y grande – recomiendo utilizar 30 pulgadas- reduce la diferencia, pero ésta sigue existiendo. Por ahora, el ojo humano prefiere leer sobre papel que en pantalla.

Juliana Boersner nos referencía un estudio realizado en la Universidad del País Vasco (España) que discrepa con la opinión de Nielsen -aunque en lo personal el estudio me parece un tanto superficial y ya algo viejo(1999)-. No obstante, mi opinión al respecto tiene que ver con los contextos, finalidades y medios específicos.

A mi parecer, existen escenarios en que uno y otro medio son ventaja: el escenario depende de la finalidad de la lectura, ya sea entretenimiento, información o aprendizaje -por mencionar niveles mínimos-. La comodidad del papel radica en la posibilidad de llevarlo consigo a casi cualquier ambiente donde se desee, mientras que para las lecturas digitales por el momento esta posibilidad está supeditada al acceso a dispositivos de lectura tales como smartphones, eBook readers u otros. Aún así, la inversión del usuario en dispositivos es relativa. Finalmente, para leer un libro invertimos en papel o fotocopias; dispositivos que tan sólo pueden cumplir una ejecución eficiente. En tanto, los dispositivos electrónicos, incluso aquellos estáticos, como una PC, siginifican una inversión muchas veces mayor, pero capaz de cumplir una cantidad enorme de ejecuciones.

La capacidad de memorabilidad puede ser discutida como en el estudio mencionado. Sin embargo, una de las grandes implicaciones de la apuesta por medios digitales no radica tanto en su efecto sustancial de forma positiva o negativa (es tema de estudio, pero no una de sus principales banderas), sino en la facilidad de difusión, distribución, economicidad y -ahora- hipertextualidad que las lecturas en formatos digitales permiten. Por tanto, sus posibilidades de trascender más allá del medio y el contenido son exponenciales, casi infinitas.

En fin, este y otros son asuntos qué seguir discutiendo.

¿Ustedes qué prefieren? ¿papel o pantalla?

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