Que se te pudra el tamal, (parodias políticas)
¡Pa’ que no digan!, ¡pa’ que no cuenten! que los mexicanos tenemos mala memoria y que después culminado el sexenio de cualquier individuo en el poder, se nos olvidan todas las promesas que nos llegaron a pronunciar más de cien veces en los diversos medios masivos de comunicación.
Para variar, hasta la mercadotecnia la llegan a utilizar como una herramienta eficaz para cautivar a los ciudadanos cuando se tiene encima el período de la efervescencia de las elecciones y las propagandas políticas dirigidas, administradas, organizadas y subsidiadas por los diversos PARTIDOS POLÍTICOS, incluso hasta empresarios bien ligados a la burocracia se encuentran emparentados en apoyar de forma condicional la figura que representará como candidato a obtener un determinado puesto gubernamental. Y condicional ¿por qué?
Pues por el hecho de intercambiar favores de una manera insaciable e incluso haciendo caso omiso a las leyes hacendarias, hipotecarias, para que los grandes industriales puedan maniobrar de una manera libre y sin preocupaciones de pagar un solo centavo las deudas que contraen por el simple hecho de operar y comercializar en nuestro país, pero después de todo recordemos a los AMIGOS DE FOX, o mejor aún recordemos las deudas inflacionarias que nos dejó nuestro querido CARLITOS SALINAS DE GORTARI y siguiendo la colita nuestro EX PRESIDENTE ERNESTO ZEDILLO PONCE DE LEON.
En fin, para que vean que aún no hemos cerrado las heridas del todo y todavía tenemos muy fresca la memoria sobre estas situaciones que han quedado impunes y sin ninguna aclaración en nuestro pueblo mexicano. Y concretizando específicamente el caso de VICENTE FOX, nos dieron atole con el dedo, ( como suele mencionar la raza de mi pueblo ) y nos jodieron lindo y bonito con los SPOTS publicitarios y comerciales que ensalzaban a nuestro querido charro con botas.
Sinceramente, se le debe brindar un gran reconocimiento a todo el equipo que supo manejar la imagen de este bonachón y títere del imperialismo NORTEAMERICANO, recordemos hasta el modismo que opto nuestro personaje para expresarse en las cámaras que enfocaban su imagen cuando brindaba una entrevista, la imagen de un campesino, un ranchero con botas y sombrero que se expresaba con humildad y sinceridad norteña los asuntos relacionados con la problemática que se vivía en ese tiempo, y la gente, los ciudadanos encantados con la imagen del norteño prefabricado por la industria comercial le aplaudíamos, nos sentíamos identificados con ese héroe nacional.
En fin, el pueblo mexicano se encuentra cansado y desquiciado con este tipo de actitudes traicioneras que hunden cada vez más nuestro querido país mexicano, cada vez se observa en pleno siglo XXI, la diferencia de las clases sociales, extrema desigualdad, los pobres son más pobres y los ricos son más ricos.
El patrón sigue esclavizando de una manera deliberada a la gente humilde, el burgués y la clase privilegiada indeferentes a las condiciones humildes de nuestro pueblo, considerados en ocasiones hasta como animales. Realidad, cruda realidad, esperemos que nuestro actual presidente FELIPE CALDERON, reivindique la identidad de nuestro pueblo y la imagen del mexicano ante el mundo. En dado caso, la historia será testigo de condenarlo.
Y a continuación citemos como ejemplo este pequeño relato.
QUE SE TE PUDRA EL TAMAL.
¡Ah, que doña Panchita!, se queja y retequeja de no vender tanto tamal como hace diez años. Pero pues, la verdad de las cosas es que ya no se encuentra a la moda tener tu changarrito en una simple esquina. Ahora en estos tiempos de globalización, todo artículo que se pone a la venta tiene que ser proyectado por la ciencia de la mercadotecnia o el mercantilismo (o cómo sea), no que yo, ¡si estoy bien enterado e informado sobre cómo se debe llevar a cabo un negocio!, pero
pues, ¡esta doña Panchita! No quiere aceptar mis consejos. ¡Si es bien, pero… bien obstinada! Aunque no le quita el mérito de ser una buena persona, pero pues. En estos días no se vive de ser buen samaritano con los clientes. ¡No,no,no,no,no!, rotundamente ¡no!, negocio es negocio y pues aunque parezca un poco frío se debe sacar ganancia a toda costa. Ni modo, así son las leyes que reglamentan el marco de la mercadotecnia, según el librito que leí la semana pasada. Es más, el otro día a la doñita se le prendió el foco y le puso a su changarrito una mesita bien a todo dar, grandota y pintada de colores bien llamativos, además de que compró una manta de la Virgen de Guadalupe, de esas que hasta los pinches chinos fabrican…. y nada… Ni así le funcionó. ¡Ah, que doña Panchita!, se nota que no nació para el traqueteo del negocio. ¡Esa doñita, la neta, me
saca de pistola!…. todos mis consejos se lo mete por el arco del triunfo. Me cae, que no entiende ni papa, pero pues… ¡cómo no, si soy todo un tipazo, un economista de primer mundo, un político nato.¡Que doña Panchita!, a sus 50 años y no aprende absolutamente nada, pero pues de puro milagro saca adelante su changarrito… En cambio, ¡yo trabajo para esta empresa americana. Que orgulloso estoy, ¿no sé donde cabe tanto orgullo?, ¡los gringos si que saben hacer lana!-.
Inmediatamente es arrebatado el pensamiento que tenía en trance a Vicente, el cuál se encontraba preparando hamburguesas al estilo anglosajón.
EL CLASICO GRINGO CON SU SOMBRERO A LA TEXANA ( Mr. Bush)
– ¡Orau, tú, Vicente, dejau de quedarti tieso y pennnsssativá!… ¡Come on, let’s go to work, mexican!, Mueve tus manitos-. VICENTE (El Tipazo de tipazos) – ¡Oh síííí, perdón, Mister!. ¡Las hamburguesas con mierda de rata y semen de toro se encuentran listas- – No más falta meterlas por mi culo y quedarán exquisitas, ¡uhhhmmmm!, la gente de México no probará otra cosa tan divina, se chuparán los dedos-.
MISTER BUSH. – Sssigueau, la ffillosofia de nuestra empresau, Vicente- – ¡Remember, you are a great person!. – Nuestras hamburguers are the best of the world, del mundo !pues!, porquí a la gente le gusta la shit, y shit le damos a la gente, perou con calidad,
!o.k.!, entiendes Méndez, me explico federicou-.
VICENTE. – ¡O sí, mister!, la mierda que producimos es la mejor, nunca la gente ha probado tanta mierda sin igual y…. sobre todo… El sabor de mis glúteos le dan un condimento especial-. – ¿No lo cree así?-.
MISTER BUSH. – ¡Cccllarou!, ¡Of course!, porrr esso contratarte, because, entre máss sepan a estiércol son mejoor…
¿Por qué creeer tú que nosotros ganar tanto Money?. – Además, nosotrouszs, seerr una compañía preocupada por la bienestar y el salud of the mexicans, porr eso regalar juguetes sadomasoquistas, consoladores, condones con la carita de Barney y muñecas inflables para que se desahoguen y crezca su espíritu y el salud mental, contenidas en nuestras happy’s deaks. – ¿Me entiendes, Vicente?, ¿Estás de acuerdo?-.
VICENTE. -¡Sí! Ustedes, ¡si que son bien a toda madre!, es más, con su compañía México puede salir de la pobreza. – ¡Como, me hubiera gustado ser gringo!, pa’ pensar como usted, Mister Bush-.
MR. BUSH. – Pues, aundau, Vicente sigue adelante y actua como nosotros, my little friend-.
VICENTE. – Sí, Mr. Bush, gracias por brindarme la oportunidad de trabajar en su compañía-.
Mr. Bush, le da la espalda a Vicente para tomar un traje de payaso más ridículo que el de rorrito y lagrimita fusionados en uno.
El traje era sumamente particular, en la cabeza tenía un penacho de 1 metro de alto con los colores de la bandera americana, los ojos se encontraban apuntando hacia el cielo como si estuviera a punto de eyacular, los dedos de las manos eran penes de negros vagabundos, la boca estaba conformada por una forma singular, como la panocha de un travesti recién operado, el cabello de color café castaño simulaban mares y mares de espermas, en el pecho se encontraba tejida la bandera mexicana bien al estilo niño héroe, las botas de suela de tercera conteniendo la leyenda en letras minúsculas, la frase de Pitt Wilson “Mexicanos, Bastardos mexicanos”, en la espalda del traje cubierto en su mayoría de colores anglosajones se apreciaba un código de barras representando la suma total del 666. Vicente le invade un aire de clímax al momento de que le fue entregado el traje por parte de Mr. Bush.
MR. BUSH. -Fine, fine, ponerte, please, el trajecito del payasito, y agrégale entusiasmo a tu porra, o.k., fumarte este toque de mota y te sentirás en el happy World, vamos a mí funcionarme perfect-.
Vicente toma el cigarrito con su mano derecha, y con la izquierda sostiene el traje del payasito. Inhala con tal fuerza que hasta el bigote queda desalineado. Vicente se encuentra en el país de las maravillas, no mira elefantes rosas en su viaje intergaláctico pero mira flotar a vacas gigantescas, la única preocupación era que le cayeran los desechos fecales en su cuerpo.
MR. BUSH. – Quierou, entregarte estos dulces para que se los regales a los niños mexicanos, ricos en proteínas, harán crecer más rápido las solitarias que yacen en sus cuerpos, nononono, digoooo, contienen sustancias no pronunciables para tus oídos, my little Vicente.- – Animou, nosotros ser una empresa humanista- – ¡Nosotros ser Mc´ Drogals!, Vicente-.
VICENTE. – ¡Sí, señor!, la mejor compañía que produce hamburguesas de mierda a nivel mundial-.
MR. BUSH. – Fine, fine you are a great perrou, digo, digo a great person-.
– Ahora ponerte a trabajar-.
El día de la jornada laboral había terminado, iniciando desde las 6:00 a.m. hasta las 7:00 p.m., Vicente se encontraba agotado, de regreso a su casa en la esquina se encuentra a doña Panchita (que no la había visto en el transcurso de dos semanas). – Mijo, mijo has enflacado mucho- – Y… ¿qué te paso en el pelo y en el bigote?, ¿ te los pintates geros ?, te miras requete curioso, siendo tú, más moreno que el café de Chiapas-.
– Sí, doña Panchita… y… ¿A usted como le va? – No pos, retecontenta fíjese joven que el otro día vinieron unas personas requeteraras a comer en mi puestito, y les gusto tanto la comida que me invitaron a un programa llamado el arte…. hmhmhm, no recuerdo bien, arte cul… arte col… Sí, si arte culinario y me fui a Francia con los gastos pagados por parte de estas personas que le digo, para enseñarle a la gente de allá como se hace la comida mexicana, y pronto voy a tener mi propio restaurante, ¿Cómo la ve?-.
Por dentro Vicente se sentía morir, (envidia), sin decir ninguna palabra se retira hacia su casa.
2 thoughts on “Que se te pudra el tamal, (parodias políticas)”